Roberto Leandro Hoyos, es argentino, sus padres son Urbana Farias y Leandro Hoyos, ambos españoles, llegaron al país en 1928.
Roberto nació en la ciudad de Buenos aires, en Palermo Chico, el 19 de junio de 1935. Vivió hasta los 10 años en La Lucila-Olivos, Partido de Vicente López, debido a los problemas de salud que tenía su hermana menor y por recomendación médica, su padre resolvió que vendrían a vivir a La Costa, ya que el clima de la ciudad no favorecía en nada la salud de la menor.
El 15 de Septiembre de 1945, la familia Hoyos se embarcó en el furgón de Neville, quien los trajo desde General Madariaga y luego de cinco horas de transitar por las huellas del llamado camino de las cien vueltas, llegaron a Mar De Ajo cerca del medio día.
Cuenta Roberto que “al rebasar un médano inmenso que se encontraba ubicado en donde esta hoy la cooperativa de luz CLYFEMA, divise por primera vez el mar maravilloso, azul, reflejando la luz del sol. Era un magnifico día de primavera.
Continuamos avanzando y poco después paramos en la esquina que actualmente es H.Irigoyen y Espora y cuando me bajé, pregunte ¿Cuándo llegamos?; es aquí me dijo Neville.
Esto era una pequeña aldea, la calle cubierta de paja para poder caminar.
Mi juventud la pasé en Mar de Ajo, termine la primaria en la escuela 112 Dr. José Maria Ramos Mejia (hoy EPB Nº 9). Seguí algunos estudios secundarios y rendía en Buenos Aires, ya que aquí se hacia hasta 4° grado. Nos preparábamos acá con un profesor, leíamos algunos libros y después íbamos a rendir a Buenos aires, pero era muy difícil y costoso el traslado, sumado al problema de la falta de buenos caminos.
Trabajé en la construcción junto a mi padre, combinándolo en el verano con el Balneario y el puesto de guardavidas.
Yo trabajé en el primer balneario de carpas y sombrillas “La Margarita”, sito en Av. Libertador y Costanera, su primer propietario fue Nicolás Merello. Ahí hice de carpero y guardavidas.
La decisión de ser guardavidas, tiene que ver con que yo era un buen nadador. Aprendí a nadar solo y mientras aprendía de a poco me iba metiendo cada vez mas adentro, primero nadando pecho, después tipo perro o como quieras llamarle y bueno tanto tiempo yendo a la playa que uno se va acostumbrando
Llegado el momento, yo tenía 17 años y en la temporada me pasaba el día adentro del agua, porque venia gente de Buenos Aires de la que me había hecho amigo y ahí era como que me perfeccionaba solo.
Cuando llegaron los otros guardavidas, el que me adoptó a mí para enseñarme estilo fue Jack Cortiza, un gran maestro y excelente persona.
¿Cuál era el equipo de salva taje con el que contaban en ese momento, si es que contaban con alguno?
Lo único que teníamos eran nuestras manos y el salvavidas redondo y nada más.
Yo hice muchos salva tajes, gracias a dios en los 25-30 años de guardavidas, nunca se me murió nadie en el agua.
Antes no había guardavidas en todos los balnearios y por ahí te venían a buscar de tres cuadras y uno tenia que ir corriendo.
Me acuerdo que una vez saque a dos muchachos de Villa Clelia, esa vez si que me hicieron tragar agua, porque había un chupón.
Yo fui nombrado como jefe de guardavidas en el año 1958 y permanecí en el cargo hasta 1963.
Trabajabaron conmigo Carlos Pantuso, el maestro Jack Cortiza, él me enseño a nadar, a estilizarme, era un gran tipo. Estaba a mi cargo también el Corto, el Rubio López y en los últimos años Garat.
Después que hice el servicio militar, le compré a Merello el balneario, junto con Antonio Cebla que era panadero, que en ese entonces en sociedad con Jorge Birreci tenían la confitería Ocean, lo mejor que tuvimos en mar de Ajo por muchos años.
Me acuerdo que un 28 de Febrero, la temporada ya había terminado y la confitería había cerrado y como aún quedaban algunos turistas, colocamos el jeep de Pantuso con las luces y la música encendida en su frente y nos pusimos a bailar.
¿Cómo se preparaban para la temporada de verano?
Cuando tenía el balneario, yo trabajaba en la obra hasta el 15 de Diciembre y el 16 ya estaba armando las carpas en el balneario. Yo hacia todo me cosía las lonas, los sillones, pintaba. A veces las lonas se rajaban por el viento y como tenia una maquina de coser en la casilla las arreglaba En aquel tiempo las conseciones de carpas y sombrillas se otorgaban haciendo tramites en la gobernación, cuando paso a la municipalidad decidí retirarme del negocio.
Roberto nació en la ciudad de Buenos aires, en Palermo Chico, el 19 de junio de 1935. Vivió hasta los 10 años en La Lucila-Olivos, Partido de Vicente López, debido a los problemas de salud que tenía su hermana menor y por recomendación médica, su padre resolvió que vendrían a vivir a La Costa, ya que el clima de la ciudad no favorecía en nada la salud de la menor.
El 15 de Septiembre de 1945, la familia Hoyos se embarcó en el furgón de Neville, quien los trajo desde General Madariaga y luego de cinco horas de transitar por las huellas del llamado camino de las cien vueltas, llegaron a Mar De Ajo cerca del medio día.
Cuenta Roberto que “al rebasar un médano inmenso que se encontraba ubicado en donde esta hoy la cooperativa de luz CLYFEMA, divise por primera vez el mar maravilloso, azul, reflejando la luz del sol. Era un magnifico día de primavera.
Continuamos avanzando y poco después paramos en la esquina que actualmente es H.Irigoyen y Espora y cuando me bajé, pregunte ¿Cuándo llegamos?; es aquí me dijo Neville.
Esto era una pequeña aldea, la calle cubierta de paja para poder caminar.
Mi juventud la pasé en Mar de Ajo, termine la primaria en la escuela 112 Dr. José Maria Ramos Mejia (hoy EPB Nº 9). Seguí algunos estudios secundarios y rendía en Buenos Aires, ya que aquí se hacia hasta 4° grado. Nos preparábamos acá con un profesor, leíamos algunos libros y después íbamos a rendir a Buenos aires, pero era muy difícil y costoso el traslado, sumado al problema de la falta de buenos caminos.
Trabajé en la construcción junto a mi padre, combinándolo en el verano con el Balneario y el puesto de guardavidas.
Yo trabajé en el primer balneario de carpas y sombrillas “La Margarita”, sito en Av. Libertador y Costanera, su primer propietario fue Nicolás Merello. Ahí hice de carpero y guardavidas.
La decisión de ser guardavidas, tiene que ver con que yo era un buen nadador. Aprendí a nadar solo y mientras aprendía de a poco me iba metiendo cada vez mas adentro, primero nadando pecho, después tipo perro o como quieras llamarle y bueno tanto tiempo yendo a la playa que uno se va acostumbrando
Llegado el momento, yo tenía 17 años y en la temporada me pasaba el día adentro del agua, porque venia gente de Buenos Aires de la que me había hecho amigo y ahí era como que me perfeccionaba solo.
Cuando llegaron los otros guardavidas, el que me adoptó a mí para enseñarme estilo fue Jack Cortiza, un gran maestro y excelente persona.
¿Cuál era el equipo de salva taje con el que contaban en ese momento, si es que contaban con alguno?
Lo único que teníamos eran nuestras manos y el salvavidas redondo y nada más.
Yo hice muchos salva tajes, gracias a dios en los 25-30 años de guardavidas, nunca se me murió nadie en el agua.
Antes no había guardavidas en todos los balnearios y por ahí te venían a buscar de tres cuadras y uno tenia que ir corriendo.
Me acuerdo que una vez saque a dos muchachos de Villa Clelia, esa vez si que me hicieron tragar agua, porque había un chupón.
Yo fui nombrado como jefe de guardavidas en el año 1958 y permanecí en el cargo hasta 1963.
Trabajabaron conmigo Carlos Pantuso, el maestro Jack Cortiza, él me enseño a nadar, a estilizarme, era un gran tipo. Estaba a mi cargo también el Corto, el Rubio López y en los últimos años Garat.
Después que hice el servicio militar, le compré a Merello el balneario, junto con Antonio Cebla que era panadero, que en ese entonces en sociedad con Jorge Birreci tenían la confitería Ocean, lo mejor que tuvimos en mar de Ajo por muchos años.
Me acuerdo que un 28 de Febrero, la temporada ya había terminado y la confitería había cerrado y como aún quedaban algunos turistas, colocamos el jeep de Pantuso con las luces y la música encendida en su frente y nos pusimos a bailar.
¿Cómo se preparaban para la temporada de verano?
Cuando tenía el balneario, yo trabajaba en la obra hasta el 15 de Diciembre y el 16 ya estaba armando las carpas en el balneario. Yo hacia todo me cosía las lonas, los sillones, pintaba. A veces las lonas se rajaban por el viento y como tenia una maquina de coser en la casilla las arreglaba En aquel tiempo las conseciones de carpas y sombrillas se otorgaban haciendo tramites en la gobernación, cuando paso a la municipalidad decidí retirarme del negocio.
1 comentario:
Yo creo que mis padres alquilaron por muchos años en lo de los padres de Roberto en Francisco de las Carreras. Me encantaria retomar el contacto con ellos.
Pablo Halpern
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